“La radio” de la etapa cinco, como “El comic” de la etapa seis, son de esos programas aislados que no se repitieron nunca ni formaron parte de algún bloque temático definido. La subasta la salteó Chicho con intervenciones grabadas de los grandes de la radio de entonces alabando al Un, dos, tres, lo cual sin duda convenía porque el concurso tenía a la sazón un buen índice de audiencia, ya que no existían las cadenas de televisión privadas. “La radio” sacó en la subasta una de las canciones, interpretada por las secretarias, del disco del Chollo de esas dos etapas de veintiséis programas del Un, dos, tres con el Chollo de mascota, la cuarta y la quinta. Lo que puedo pergeñar para un programa como “La radio” de la etapa cinco es lo que menciono a continuación: las ondas; Indira Gandhi; la batalla de Tsushima; la sonorización; la Resistencia; el transistor, Shockley, Bardeen, Brattain y Schottky; la antena; el telémetro; la propagación; sir Edward Victor Appleton; la Oficina Internacional de la hora; U’Thant Sithu; Palmiro Togliatti; Günter Eich; Roy Thomson; el locutor; los mass media; Robert Taylor; el alternador; Vladimir Aleksandrovich Kotelnikov; los aparatos de galena; Manuel Rosenthal; el radioaficionado; la emisora y la emisora “pirata”; Dylan Marlais Thomas; el walkie-talkie; Alberto Sordi; Radio nacional de España; el serial, la radionovela y el radioteatro; María Eva Duarte; el consultorio; el argón; la cadena; Hans Werner Henze; Claude Delvincourt; Arnstadt; Hildesheim; Cabo Cod; sir Oliver Joseph Lodge; y la Unión Europea de Radiodifusión.