La fiesta de los toros fue, en los primeros meses de la guerra civil española, pretexto de festivales y motivo de demostraciones antifascistas. Los toreros a quienes el alzamiento militar sorprendió en localidades que estuvieron con el Gobierno en Madrid, se apresuraron a hacer públicas manifestaciones de fervor hacia la causa popular y ofrecimientos para que sus nombres aparecieran en carteles a beneficio de las Milicias.