Contacté por una línea telefónica con un hombre que yo creo que buscaba los que los homosexuales llamábamos un yogurcito, es decir, un chico muy joven, dulce y guapo. Porque me preguntó si yo era guapete. Cuando subió a mi piso, no quiso nada conmigo, se excusó diciendo que me había visto así.